Discúlpenme, pero voy a seguir hablando de mí, que soy mi desconocido y al escribir me sorprendo un poco más porque descubrí que tengo un destino. ¿Quién no se preguntó alguna vez: soy un monstruo o esto es ser una persona?
Quiero antes dar fe de que esa muchacha no se conoce sino a través de ir viviendo sin rumbo. Si cometiese la tontería de preguntarse "¿quién soy yo?" caería extendida y de lleno en el suelo. Es que "¿quién soy yo?" provoca necesidad. ¿Y cómo satisfacer la necesidad? Quien se indaga está incompleto.
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