sábado, 30 de agosto de 2014

viernes, 29 de agosto de 2014

Del libro: "Instrucciones para blindar un corazón" - Jose Mª Parreño

Levanto la vista de las palabras de Hojeda
que leo para olvidarte
y para olvidarte bebo un sorbo de vino
color caoba.
Para olvidarte
miro el anochecer vidriando el perfil de las cosas,
tan hermoso.

Como un orfebre lima una medalla
estoy atareado en olvidarte.
Sé que hacerlo es urgir mi vejez,
adelantar lo que de todas las formas me iba a traer el
tiempo.
Sé también que no puedo
Limitar este olvido que inicio
y que un dia borrará tu nombre,tu historia,este
poema.

Pero hoy necesito fundar una distancia entre los dos,
un laberinto
para perder tu boca y tu memoria,
para que todo objeto,llave o mapa
deje de ser letra de tu nombre.

Después de tantos años y tantas soluciones
hoy me impongo el olvido,
espero que,asombrada,entenderás por qué.
Acariciaré minucioso otra piel
para olvidarte.
Ahora sé que el jacinto y el tigre son idénticos.
Voy a usar contra ti todos mis sueños,
toda mi desesperanza,
toda mi poesia,
todo lo que sé.

jueves, 28 de agosto de 2014

"Tratado de culinaria para mujeres tristes/" - Héctor Abad Faciolince

Esa tendencia a traicionar, a mentir y a ser perfecta mente franca. A esconderte o a mostrarte mucho. Ese cuidado de cuidarte tanto para acabar narrando tu historia, tu verdad con pelos y señales a un desconocido.
Esas ganas de huir, de salir corriendo cuando alguien muestra que empieza a conocerte, aunque no te reveles. Ese vértigo de quedarte. Esa indomable sed de alguien y de no estar con nadie. De envolver las caricias en palabras. Esas ganas de cambiar sin renunciar a nada. Esa hambre de imposibles. ¿Cómo pensar en esta confusión contradictoria? Es verdad y mentira, está bien y está mal y no hay salida.
Nada que hacer. Tómate un vaso de agua.

martes, 26 de agosto de 2014

"Cumpleaños" - Ángel González



Yo lo noto: cómo me voy volviendo
menos cierto, confuso,
disolviéndome en el aire
cotidiano, burdo
jirón de mí, deshilachado
y roto por los puños
Yo comprendo: he vivido
un año más, y eso es muy duro.
¡Mover el corazón todos los días
casi cien veces por minuto!

Para vivir un año es necesario
morirse muchas veces mucho.

viernes, 15 de agosto de 2014

SHARON OLDS

Después, cuando ya dormimos
el coma del paraíso y despertamos,
 nos quedamos un rato largo
mirándonos.
 No sé qué ve él, pero yo veo
unos ojos de ternura insuperable
y calma, una calma como la dignidad
de la materia. Amo el mar abierto
azul-verde-gris de su iris, amo
su curva contra lo blanco,
 la curva que al mirarla me hace
acabar, cuando está casi quieto, muy hondo
adentro mío. Nunca ví una curva
como esa, salvo la de la tierra desde el espacio
exterior. Yo no sé de dónde
sacó esa amabilidad sin soberbia,
 casi sin ego, y eligió a pesar de eso
a una mujer entre todas.
 Conociéndolo conozco
la pureza del animal
que se aparea de por vida. A veces sonríe
apenas, pero más que nada me mira mirarlo
con el rostro entero iluminado. Amo
ver cómo cambia cuando lloro – no hay inquietud,
 ni pena, ni un reflejo más serio. Si estamos
de espaldas, acostados uno al lado del otro,
 cara a cara, puedo oír una lágrima de mi párpado inferior
golpear contra la sábana, como si fuese
uno de los primeros días sobre la tierra
y después las del párpado superior
se enlazan y bajan por las pestañas
como la aparición del cultivo y la irrigación,
 de un pueblo que ya no es nómade.
 Tengo tanta suerte de poder conocerlo.
 La única forma de conocerlo es ésta.
 Yo soy la única que lo conoce.
 Cuando vuelvo a despertar, todavía me mira,
 como si fuera eterno. Dormitamos así
una hora, y poco a poco sé que
aunque estamos saciados, aunque casi no
nos tocamos, éste es el éxtasis al que el otro
éxtasis nos llevó – entramos,
 más y más profundo, mirada a mirada,
 en este lugar más allá de los demás lugares,
 más allá del cuerpo mismo, hacemos
el amor

jueves, 14 de agosto de 2014

Oscar Wilde

“El arte de la música es el que más cercano se halla de las lágrimas y los recuerdos”.


miércoles, 13 de agosto de 2014

"No era tu cuerpo vacío" - Miriam Reyes

No era tu cuerpo vacío lo que quería de ti.
Tu cuerpo,
sin amor,
no es ni más hermoso ni más sabio
que cualquier otro cuerpo.

lunes, 11 de agosto de 2014

" El dolor envejece más que el tiempo..." - Gloria Fuertes

El dolor envejece más que el tiempo,
este dolor dolor que no se acaba,
y que te duele todo todo todo
sin dolerte en el cuerpo nada nada.

A tantos días de dolor se muere uno,
ni la vida se va,
ni el corazón se para,
es el dolor acumulado el que,
cuando no lo soportas,
él te aplasta.

Mi accidente será un buen epitafio:
cuando una calle bajo el sol cruzaba,
de dolor -o de amor- es lo mismo,
murió desbaratada.



" El dolor envejece más que el tiempo..."

viernes, 8 de agosto de 2014

martes, 5 de agosto de 2014

Anaïs Nin


“El amor nunca muere por causas naturales.
Muere porque no sabemos rellenar su fuente.

Muere de ceguera emocional, de nuestros errores y traiciones.
Muere a causa de nuestras enfermedades y heridas del corazón,
De cansancio, por falta de riego.
Cuando se vuelve opaco y deja de brillar,
Entonces el amor muere.”

**

"Hay dos modos de llegar a mí, mediante los besos o la imaginación. Pero existe una jerarquía; los besos por sí solos no bastan."


 **


"Yo, con un instinto profundo,
elijo un hombre que provoca mi fuerza,
que ejerce demandas enormes sobre mi,
que no duda de mi coraje ni mi rudeza,
que tiene coraje de tratarme como una mujer"

lunes, 4 de agosto de 2014

"Me basta así" - Ángel González

Si yo fuese Dios
y tuviese el secreto,
haría un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
—de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso—;
                                entonces,

si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando —luego— callas...
(Escucho tu silencio.
                    Oigo
constelaciones: existes.
                        Creo en ti.
                                    Eres.
                                          Me basta