jueves, 23 de abril de 2015

Winslow Homer


Un amor no correspondido es el origen de este cuadro. Winslow Homer pintó a su amiga Helena de Kay y se lo entregó como regalo de bodas, el 3 de junio de 1874. Ella era también artista y ocupaba uno de los estudios del ‘Tenth Street Studio Building’ donde tres años antes había empezado a trabajar Homer. De familia acomodada y mentalidad progresista, Helena formó parte del grupo que fundó en Nueva York la ‘Society of American Artists’, en 1877, junto a su hermano Charles, editor del New York Times y mecenas de Homer, y a su marido, Richard Watson Gilder, cuyo domicilio se convertiría en punto de encuentro de los miembros de esta sociedad artística.

Vestida completamente de negro, sentada de perfil en una butaca de estilo Imperio y en actitud pensativa, Helena sostiene un libro cerrado entre las manos, destacando apenas su figura en un sobrio interior, oscuro, con las paredes desnudas y un primer plano casi vacío, salvo por la rosa que vemos caída en el suelo. Una intensa sensación de soledad y melancolía invade la composición, pero también de calma y serenidad. La protagonista no se desprendió nunca del cuadro, que heredarían sus hijas, pasando después directamente a la colección Thyssen.

(Fuente: Thyssen)

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