miércoles, 2 de marzo de 2016

Rafael Cadenas


Se creyó dueño
y ella lo obligó a la más honda encuesta,

a preguntarse qué era en realidad suyo.
Después lo tomó en sus manos
y fue formando su rostro
con el mismo material del extravío, sin desechar nada,
y lo devolvió a los brazos del origen
como a quien se amó sin decírselo.

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