domingo, 23 de octubre de 2016

Andrés Ibáñez

Y entonces me ponía yo a pensar que todos somos mendigos y todos somos muy pobres y todos estamos bajo la lluvia y tenemos miedo y que todos necesitamos sentir que nuestra vida tuvo sentido y todavía lo tiene y que a pesar de todo, de esta desesperanza, de esta preocupación, de esta frustración constante, estamos vivos y que todos deseamos un arte que nos toque el corazón.




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